sábado, 19 de julio de 2008

Cuando las convicciones valen más que los intereses políticos

‘Es el momento más difícil de mi vida […] No puedo apoyar […] Que la Presidenta nos perdone, me perdone […] Mi voto no es positivo’

Fue, finalmente, el vicepresidente Julio Cobos quién destrabó el conflicto político-social que tuvo como protagonistas, por un lado, al sector agropecuario, y por el otro al Gobierno de Cristina Fernández.
Con esas palabras, pasadas las cuatro de la madrugada y en un lapso de 35 minutos, el titular de la Cámara alta, con la mirada de toda la Nación puesta en él y ante la sorpresa de más de uno, se inclinaba por rechazar el proyecto enviado por el Ejecutivo.¿Qué llevó al vicepresidente Cobos a votar, como lo diría minutos antes el senador Pichetto, ‘en contra de este Gobierno’? A Cobos lo guió la razón, sus ideas y sus convicciones. En ese momento no era otro, si no él, quién debía dejar en claro cómo se debe votar en los recintos y en la vida misma. Con nuestras propias convicciones. No debiera influir por sobre nosotros nada ni nadie.Esto último no es el caso del catamarqueño Ramón Saadi, un kirchnerista que luego de años de conflicto se acercó al proyecto oficialista en su provincia y que hasta ayer pedía ‘una ley consensuada’. El senador desapareció seis horas del recinto, mientras su hermana Alicia negociaba con éxito en la Casa Rosada. Qué lo hizo cambiar de opinión respecto al proyecto oficial: de esas negociaciones logró un lugar en el directorio del Banco Nación, la intervención del PJ catamarqueño y la reelección de su esposa como diputada provincial. Además, el acuerdo incluye apoyo político y financiero para su vuelta como gobernador.Ramón Saadi. De enemigo a aliado clave. No nos interesa. No nos sirve. No le sirve a la Nación. Su imagen es lastimosa y causa rechazo. No queremos más en el Congreso ni en altos cargos a entes como Ramón Saadi.De igual manera, se reavivó el debate parlamentario, que es más que significativo. A lo largo de las maratónicas 18 horas, se pudieron destacar dos senadoras casi desconocidas que se atrevieron a desafiar a los Kirchner al votar por el ‘No’. Ellas son Elena Corregido del Chaco, y Teresita Quintela de La Rioja (enfrentada con el matrimonio K desde las últimas elecciones).Por lo demás, se pudieron observar muy buenas argumentaciones de la histórica senadora Hilda ‘Chiche’ Duhalde (PJ disidente), María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), los senadores Sanz y Morales por la Unión Cívica Radical, entre el arco de la oposición.El senador Pichetto se encargó de dejar bien en claro a los senadores ‘oficialistas’ a lo que se enfrentaban si rechazaban la propuesta K. Fustigó al resto del cuerpo al plantear que no se debía votar ‘cada uno como se le de la gana’, sino que había que votar lo que el Gobierno presentó en el recinto. Es decir, a ciegas. Habló también, en un claro mensaje para Cobos, de la traición que significaría votar en contra de este Gobierno que ‘nos permitió llegar a donde estamos hoy’. Desesperación, nerviosismo, incoherencia. Pichetto no pudo ni puede perdonar al matrimonio K por haber puesto a Cobos en la vicepresidencia. Ayer quedó bien en claro, sin embargo, su compromiso con el pueblo (sic).Seguir la transmisión durante diez horas me hizo recordar que vale la pena pelear por lo que uno cree y siente. Pensamientos que uno a veces olvida, al ver a gente como Saadi o Pichetto. Lo de ayer fue una lección. Y definitivamente será un hito, como planteó el vicepresidente, junto con tantos otros acontecimientos, tanto dentro como fuera del Congreso a lo largo de la historia.Lo de ayer fue un acto de humanidad, de poderosa fe en las instituciones y de un sentido de pertenencia enorme para con el país.‘Que la historia me juzgue. Espero no equivocarme’ Si se actúa respondiendo a nuestra mente y a nuestro corazón, lejos de toda influencia ajena e incluso lejos de todo fanatismo, nos tenemos que quedar tranquilos. El pueblo juzgará, pero solo en nuestro interior estará la verdad. Y de esa verdad se desprenderá una paz y una serenidad tal vez inexplicable. Pero que son indicadores de que se hizo lo correcto, por lo menos con nuestras propias convicciones.Lo de ayer no fue sólo una sesión más. Vimos a Julio Cobos al borde del quiebre emocional. Esto dice mucho de un hombre que es inteligente y racional. Esperemos que el acto de ayer se traduzca, como dijo por la mañana el vicepresidente, como una ‘maduración de la democracia’. No lo dudo.
Por Juan I. Agarzúa
juanagarzua@hotmail.com

1 comentario:

  1. la verdad q me pareció una opinión muy acertada acerca de la posición que tomó Julio Cobos, felicito a Juan Agarzua por este escrito y espero ver más entradas de este tipo por estos lares...
    saludos y hasta pronto!

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