domingo, 6 de julio de 2008

Rivales Históricos

Sin duda que en un blog de estas características, el primer texto de opinión que debía aparecer, casi por lógica, es del tema que nos aqueja a todos los argentinos, y del cual nos realimentamos cada vez que encendemos la radio, la televisión, o compramos el diario.
El conflicto entre el gobierno y el campo ya lleva más de cien días, y se está tornando algo natural entre la cotidianeidad. Prendemos la televisión y está Alfredo de Angeli en la ruta, Luis D’elía en Plaza de Mayo; las cuatro entidades agrarias y sus respectivos dirigentes se hacen “cosa de todos los días” a la hora del almuerzo y la cena, al igual que ver algún dirigente K hablando de los “piquetes de la abundancia” o que el campo entorpece las políticas de una mejor, o más equitativa distribución del ingreso.
El conflicto campo versus gobierno, gobierno versus campo, está penetrando en los aspectos más capilares y en los ambientes más micro-sociológicos de la familia argentina, y estas diferencias, que generan posturas e inclinaciones ideológicas se manifiestan en los reiterados “cacerolazos”, o marchas en Plaza de Mayo, por parte de quienes no son parte directa del conflicto.
Una vez más, es evidente que en Argentina, como en la gran mayoría de los países latinoamericanos, se vive muy intensamente la política nacional. Y en ocasiones como estas, es cuando se hace “moneda corriente”, más allá de la gran deformación de los partidos políticos tradicionales, ideas muy partidarias que son la principal causa de que la historia se repite, y los intereses se transforman, pero la esencia es siempre la misma.
Hoy, el peronismo de Kirchner, se enfrenta a su hitórico rival identificado como la “oligarquía”, con el clásico modus operandi peronista ante el objetivo de una sociedad más parecida (económicamente hablando, en lo que respecta a este caso) con políticas económicas despóticas, de quitarle a un sector para darle a otro.
Los argentinos que no nos dejamos llevar por intereses sectoriales estamos a favor de una correcta política distributiva, queremos una sociedad más equitativa, que es por lo que los partidos políticos democráticos vienen luchando desde Hipólito Yrigoyen, algunos más, otros menos.
El peronismo, fue sin duda el que más profundizó en este tema, y sus logros se debieron en gran medida por la muy poderosa institución de tradición peronista, que perdió altamente peso y valor en la década de los '90, los sindicatos, que le permitieron implementar políticas, en materia económica como el IAPI, al cual el campo acusaba que “le metían la mano en el bolsillo”.
Hoy en día, El Campo está mejor posicionado a la hora del choque entre estos dos grandes enemigos históricos, a diferencia de décadas atrás y se debe a la carencia de poder, a comparación con otros años, de los sindicatos que en los años '40 junto con la aceptación popular formaban una alianza de hierro contra otros sectores.
Para finalizar esta reflexión, es bueno tomar las palabras del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, quien pidió que no haya ni “vencedores ni vencidos”, y que el conflicto no se intente resolver de forma demagógica, repartiendo culpas de desabastecimiento (cuando las culpas son compartidas) o con alusiones a golpes de Estado, sino con políticas económicas justas y concientización de la época.

Por Bruno M. Bordonaba

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