martes, 2 de diciembre de 2008

Infamia, la urgencia de ser famoso


El avance de los medios de comunicación; el protagonismo que tomó en los últimos años la televisión, la radio, y el mundo de la publicidad en el seno de la familia; las nuevas opciones de manifestación pública que brinda Internet, son los hechos que han venido conformando en el imaginario colectivo una idea de ascenso social que prioriza la llegada a la fama, antes que la profesionalización, la escala laboral y/o intelectual. Se fue inculcando en grandes porciones de las clases medias sobretodo, la idea de asociar a la fama como una vía rápida de solución para todas las necesidades, indispensables y banales, que adquiere una persona de una sociedad moderna.
La constante exposición de figuras públicas, rodeados de lujos y comodidades, hacen parecer a la fama como un mundo que excede los asuntos cotidianos, como levantarse temprano, tomar el colectivo, el tren o el vehículo particular para ir a trabajar, ganarse el sueldo para satisfacer las necesidades básicas y en cuasi segundo plano las necesidades del ocio y el divertimento. La esfera pública es vista como una burbuja de fertilidad, inmersa pero distante de la podredumbre. Y sobretodo, esta idealización de la fama, oculta la realidad de la esfera pública, que es también gente que se levanta temprano, toma el colectivo, tren o vehículo particular para ir a trabajar y ganar dinero para satisfacer sus necesidades.
La constante urgencia de las personas por caminar los pasillos de la fama, es satisfecha muchas veces con una fama ficticia. Me refiero a los fotologs, los flickr, etc., que crean un mundo de frivolidad, donde se exponen solo rostros y cuerpos, y cada firma es una caricia al ego de los dueños de las bitácoras. Permiten vivir en un mundo virtual y perfecto, donde quienes suben las fotos, son “famosos” por cualidades natas, no se premia ni la inteligencia, ni el trabajo, el estudio, el arte, y hasta ni siquiera la belleza.
Los fotologs además, tuvieron tanto impacto en jóvenes que hasta crearon una tendencia, los “floggers”, que son los habitantes de ese mundo de virtualidad y perfección. Lo cual beneficia a las empresas que brindan los servicios como fotolog o flickr, que les permiten lucrar con la urgencia de los individuos por construir su propia esfera pública, en la cual ellos son los famosos, y los firmantes sus admiradores.
La otra forma de acceso fácil y rápido a la fama es también satisfecha por las instituciones que lucran en base a este sentimiento de escape a los problemas cotidianos. Son los reality shows, y los programas de escándalo o mal llamados de espectáculos. Nuevamente la gente puede acceder, algunos más fugazmente que otros, a la fama por hacer nada. Mejor dicho, por hacer lo que hacemos todos, levantarse, comer, hablar por hablar, pelearse con amigos o con su pareja, reconciliarse con amigos o con su pareja, etc. En los reality shows sobretodo, se premia la traición y la mentira. La infamia se presenta como un posible camino a la fama.
Esta creciente tendencia multiplica sus consecuencias. No solo que se crea una esfera pública más burda y chabacana, sino también, se cultiva en la sociedad la apatía por los asuntos que realmente importan y se priorizan cuestiones que deberían ser secundarias. Ciertos sectores de la sociedad se ven ajenos a la política y a los cambios sociales, y la única actividad cívica que les compete es la de meter un sobre a una urna cada cuatro años.
La política no la hacen los políticos, la hacemos todos, como la hicimos en el 2001, la sociedad y la política no son agentes separados. Seguimos siendo víctimas de una estrategia de artificio y farandulización de la política, impulsada desde los `90. Ordenar las prioridades es ordenarse como ciudadano, como miembro de una sociedad políticamente democrática, característica que nos da el poder de hacer valer las voluntades populares. En tanto y en cuanto no seamos conciente de lo que nos pasa, y no hagamos notar que somos concientes de los que nos pasa, nos dejamos a merced de los opresores, los que mataron a San Martín, a Belgrano, y a Mariano Moreno entre otros. ¡Que no haga falta otro 2001 para que reaccionemos!

Por Bruno M. Bordonaba

7 comentarios:

  1. Existe una realidad y hemos de defenderla a toda voz en cada rincón del mundo, nada está perdido porque somos capaces de siempre salir adelante. Realmente me identifico plenamente con ustedes porque aman a su ciudad como yo a la mía y me parece genial que nos hemos encontrado en la red para intercambiar ese conocimiento y pasión que sentimos por nuestras tierras, que al final es solo una. Mi blog está siempre a su alcance, en él también puede encontrar uno con una explicación completa de la ciudad y otro con las informaciones que se generan todas las semanas en Sagua la Grande.

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  2. No solo la fama se quiere ya, hoy esta sociedad exige rapidez y exito en todo.
    No se permite estar mal y mucho menos no figurar. Porque hoy, si no tenes una imagen publica es como que no exisitis.
    Era verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras...
    Lo de los floggers no me aprecen un movimiento de nada, son apenas una moda incentivada por los medios.
    saludos.

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  3. A mi es que eso de ser famosa no me gustaría nada, quizás yo sea uno de esos especímenes en extinción.

    Lo que está claro es que hay gente para todo y que son los valores que hoy más se promueven.
    También el dinero rápido, fácil y más con toda la crisis mundial que se está desarrollando.

    Te mando mis saludos.

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  4. En efecto, es verdad todo lo que dices en el post y que respaldan los colegas comentaristas, no obstante me parece que eso es bueno pues es una vàlvula de escape a ese prurito de ser famoso, muy humano, por cierto. Creo que lo peor que puede pasar es que estos jòvenes (y muchos adultos tambièn)lo peor que pueden hacer es hacer el ridìculo pero màs nada. Es algo como los tatuajes, que despues de hechos no se pueden borrar. Pero insisto en que evita que los jòvenes traten de ser famosos en las pàginas de Sucesos de los diarios.

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  5. Por favor, quiero que veas la noticia de la expulsión del grupo menonita (una congregación cristiana conservadora de ancestral tradición agrícola) de sus tierras por parte del gobierno en Bolivia. Está en el blog Ojo Protestante. Puedes entrar directo desde mi lista de blog que visito. Es urgente

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  6. Buen, creo que esta nota, o entrada va en distintos niveles de cosas.

    Por un lado hay un juego de palabras interesante: fama / in-famia. Nose si te lo prosusiste pero cuadra.

    En segundo puedo acotar que la conección a internet... los fotologs, la individualidad o como llaman los intelecutales la constante "ghetización" genera lo que se denomina fragmentaciones sociales.

    es decir, cada uno desde su blog, fotolog, le habla a 30 personas, pero no hay un discurso en común -comunitario- que abarque más gente que es como se difunden los mensajes de peso social.

    Finalmente lo de votar cada 4 años. Estos sistemas de voto mediante la televisión, los reality shows son ese sueño "eliminar gente" de los programas... ficcionalmente se cumple un sueño o fantasía. Pero a la hora de decidir políticamente estamos a merced de las desiciones verticales.

    En fin, hay mucha tela más. Muy buen post. Saludos.

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  7. Templente: Antes que nada gracias por notar el juego de palabras.

    No se exactamente a que te referís con "estamos a merced de las desiciones verticales". El post apuntaba más que nada a un reclamo social, una crítica al ciudadano apolítico, que se ve ajeno a los cambios sociales y prioriza cuestiones que deberían ser secundarias, como por ejemplo "la llegada a la fama". Y sobretodo destacar lo interesante de este concepto y como las instituciones lucran con esta idea que comparte mucha gente.

    Un saludo, gracias por opinar.

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